El hijo del cuatro veces gobernador Rubén Marín había llegado al cargo luego de un acuerdo de cúpulas del peronismo en 2015.
En Casa de Gobierno no tienen con “Taco” cuestionamientos a su muñeca política para acordar, tanto dentro como fuera del bloque, y “sacar” leyes clave para el Ejecutivo. La principal crítica -que no se la dejan pasar desde el vernismo, como de otras líneas internas- es que acaparó la gran mayoría de los cargos de asesores. “Llevó como asesores a sus allegados, sin espacios para otros diputados”, dijo un legislador. “Yo conté 17”, aseguró.
Ya antes de la elección provincial de mayo, cuando se palpitaba un amplio triunfo del frente armado por Verna con el PJ, más otros partidos, comenzó a delinearse la estrategia para desplazar a Marín hijo. Hoy, con esa elección definida, el peronismo tendrá 17 legisladores. Es decir, mayoría.
El vernismo de paladar negro fue el que le hizo la cruz a Marín. Entre ellos, Rodolfo “Fito” Calvo -quien es el actual secretario de Asuntos Municipales, quien regresa a la Legislatura- y Oscar Zanoli -intendente de Luiggi-.
El exjefe comunal luiggiense fue tentado para agarrar la presidencia. «Dije que no», aseguró. Es que prefiere estar en un segundo plano en la exposición pública, aunque se sabe que será uno de los principales operadores. Por eso quedó confirmado «Tato» González.
“Taco”, por lo pronto, ya se sabe que perdió la pulseada. Si aún tenía alguna esperanza, la terminó de perder hace unos días cuando Diario Textual le preguntó al gobernador electo Sergio Ziliotto si iba a usar “el dedo” para terminar con la disputa. “Hay 17 compañeros que deberán ponerse de acuerdo”, respondió. Es decir, el vernismo, junto a otras líneas internas, tienen vía libre para desplazar a Marín.
El miércoles próximo, por lo pronto, se podrían abrir más las heridas entre el vernismo y el marinismo. Ese día, Marín -como presidente de la Comisión de Legislación General- volverá a tratarse el proyecto de ley de paridad de género, que establece que las mujeres deben ocupar al menos el 50 por ciento de las listas colegiadas.
Marín, con el respaldo de organizaciones feministas, pretende que comience a regir inmediatamente. Verna y sus diputados quieren que se aplique dentro de 4 años. ¿Por qué esa diferencia de postura? Por quién ocupará un lugar que, casi con seguridad, dejará María Luz Alonso, quien se iría al Congreso nacional para trabajar con Cristina Fernández: si la ley se aplica dentro de cuatro años, ingresará un exintendente que responde al vernismo, pero si entra en vigencia ahora podrá ingresar una mujer de Convergencia.