“La Paridad en La Pampa es Ley” | Por Elida Deanna

El 11 de septiembre ha sido un día histórico en la ampliación de derechos de las mujeres en la provincia de La Pampa, con la aprobación unánime de la Ley de la Paridad de Género en materia electoral y en la conformación de los órganos de los Partidos Políticos, propiciando espacios igualitarios entre varones y mujeres en el ejercicio del poder político.

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Este gran paso en pos de la equidad e igualdad de género, ha sido posible por la irrenunciable lucha de tantas mujeres de diversas extracciones partidarias a lo largo de la historia, desde las primeras sufraguistas argentinas, como Alicia Moreau de Justo, Julieta Lanteri y Elvira Rawson, entre otras, o el impulso de Eva Duarte hasta obtener el marco normativo que habilitaba el voto femenino, continuando por leyes de neto corte progresista, como las de Divorcio Vincular, Patria Potestad Compartida, derecho a pensión de la cónyuge concubina, entre otras impulsadas por Florentina Gomez Miranda, pasando por la Ley de Cupo femenino, fragorosamente promovida por Margarita Malharro de Torres y Teresa Merciardi, hasta llegar a la Ley Nacional de Paridad en cargos públicos electivos nacionales, sin olvidar a las congéneres que desde esta provincia acompañamos el proceso incansable de conquistar el derecho a una distribución paritaria de las decisiones, como Silvia Gallego, Liliana Robledo, Marcela Coli, Gloria Cazanave, María Cecilia Roigé, María Laura Gomez, las actuales legisladoras provinciales y también varones que se sumaron a la búsqueda de consensos, promoviendo un mundo de pares.

Las mujeres somos la mitad de la población, pero esa composición está lejos de reflejarse en el ejercicio pleno de los derechos, en cada ámbito de representación ciudadana. Basta con analizar algunos datos estadísticos para hacer visibles y palpables esas asimetrías. Sólo el 20 % de los cargos jerárquicos en el país, están ejercidos por mujeres. Hay solo 2 gobernadoras, de 24 distritos, y La Pampa no escapa a esta realidad, Gobernador y Vice son varones, los Ministerios no tienen ninguna ministra, la Legislatura está compuesta por 19 Diputados y 11 Diputadas, y hay sólo 10 Intendentas del total de 79 Municipios.

Transitados más doscientos cuarenta años desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la libertad, la igualdad, la fraternidad o la más reciente sororidad, requieren de leyes para atenuar las desigualdades existentes y perpetuadas por siglos. Pero ninguna ley tiene valor en si misma, sino por la aplicación efectiva que de ella se haga y el cumplimiento del espíritu con el que fue sancionada. En definitiva, este gran logro de la ley de Paridad cambiará las asimetrías de poder si las decisiones se comparten igualitaria y equitativamente entre varones y mujeres, y ese es el gran desafío. Incorporar la perspectiva de género en la composición de los órganos partidarios y en las listas a cargos públicos electivos implica no sólo cumplir con la paridad y alternancia en el armado de las candidaturas, sino también incorporar a las mujeres a los espacios reales de debate de poder, abrir el juego a la participación plena femenina y desterrar viejas y arraigadas prácticas políticas que han soslayado opiniones femeninas o aplicado una seudo meritocracia favorable a los varones.

El reconocimiento de la igualdad para el acceso a cargos electivos y partidarios, es un paso decisivo, pero para corresponderse a la extensión que proclama la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) es necesario alcanzar la igualdad efectiva entre varones y mujeres en los espacios más amplios de la vida social y tanto es así, que el mismo día que se aprobó la Paridad política en la Legislatura pampeana, en el Concejo Deliberante de Santa Rosa se sancionaba la ordenanza que prevé la paridad de artistas en espectáculos públicos que se lleven a cabo en la ciudad; siendo éste un eslabón más para alcanzar esa igualdad con acciones concretas en todos los ámbitos.

La Paridad en La Pampa, es Ley. Los derechos conquistados deben ser ejercidos plenamente. Hagamos realidad el pensamiento de Florentina Gómez Miranda, cuando decía: “Si una mujer entra a la política, cambia la mujer, si muchas mujeres entran a la política, cambia la política”.

Elida Deana, Militante radical, abolicionista y feminista

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