“A mi papá le agarraron cuatro ACV y sigue contando chistes, siempre renegué de eso de mi papá pero me miro al espejo y termino siendo igual a él, con un poquito más de responsabilidad nada más. No fue un padre tan presente, fue más loco y por ahí lo sufrí, él es todo humor”, relató.
“Checho” nació en la localidad de 25 de Mayo, y su papá era policía, por lo cual recorrió varios lugares. “Cuando tenía 7 años mis viejos se separaron, pero no lo sufrí porque siempre fui un chico muy alegre. Pasé mi infancia en Quehué y fue maravilloso, mi corazón se quedó para siempre ahí”, rememoró.
“He pasado situaciones difíciles, de grande tuve la pérdida de un ser querido y fue la primera vez que sentí un dolor en el pecho. Tengo mucho humor, me pasan cosas malas pero siempre me salva el humor, me río de mi mismo y hago reír a los demás”, admitió.
“Se van a reír, pero de chico decía que quería estudiar motocross. Más en la adolescencia se me dio por la mecánica, entonces me fui a Córboba a estudiar y me recibí de técnico electromecánico del automotor. Luego trabajé en Guspamar cinco años y más tarde entré al gremio”, contó.
Asegura que siempre fue justiciero. “Donde había una injusticia arrancaba y me ponía los pelos de punta. En el ámbito laboral siempre discutía y ahí me llamaron al gremio. Si volviera a nacer volvería a elegir SMATA aunque me cueste la vida”, completó.